Júpiter se identifica dentro del sistema solar, como el quinto planeta con respecto a la distancia con respecto al sol, la cual se traduce en 778,550,000 kilómetros, además de ser el planeta más grande. Dentro de las principales características de Júpiter se incluyen aspectos de su historia, en la que durante la primera observación que hizo el astrónomo Galileo Galilei, se describieron las cuatro lunas más grandes de este planeta, siendo estas Lo, Europa, Ganímedes y Calisto, respectivamente. Hoy en día estas lunas son denominadas satélites Galileanos.
Las características de Júpiter que debes conocer
Es el planeta más antiguo del sistema solar
Un grupo de científicos ha descubierto que Júpiter está dentro de los planetas más antiguos del sistema solar. Si bien es cierto, se pensaba que el más antiguo era el sol, pero lograron hallar rastros que demostraron lo contrario.
¿Cómo lo descubrieron? A partir de las concentraciones de meteoritos ferrosos, los cuales tenían depósitos nebulares diversos y que por estudios anteriores se sabía que no habían podido mezclarse en los primeros millones de años cuando se dio la formación del sistema solar.
Tiene la suma de las masas más grandes de la vía láctea
Júpiter está representado por los estudios astronómicos como el planeta con mayor masa del sistema solar. Esto hace referencia a una masa de 2,48 más que las masas de todos los planetas en conjunto.
Sin embargo, no resulta el planeta más masivo conocido, pues en la actualidad cientos de planetas extrasolares han demostrado tener la cantidad de masas similares a la de Júpiter.
Consta de la Gran Mancha roja, una característica auténtica de este planeta
La Gran Mancha Roja pertenece al mayor vórtice anticiclónico de Júpiter y el rasgo visual que identifica propiamente a este planeta.
Esta mancha se relaciona con una enorme tormenta, tratándose así de un gran remolino, el cual se estima que puede estar presente desde hace más de 300 años, caracterizándose a su vez, por vientos a lo largo y ancho de su periferia que llegan a abarcar velocidades de 400 km/h y en sentido antihorario.
Esta es fácilmente visible con los telescopios dado su gran tamaño el cual se sabe que es superior al de la Tierra.
Carece de una superficie interior bien establecida
Esta, entre las características de Júpiter indica que nunca se podrá llevar a cabo un aterrizaje sobre este planeta, debido a que es un cuerpo celeste formado completamente por gases de hidrógeno, argón y helio, lo que hace que no exista una superficie telúrica dentro del planeta, a diferencia de otros como La Tierra que si la contienen.
Toda su superficie se encuentra plasmada y cubierta de nubes, lo que hace que la dinámica atmosférica tenga permanentemente altos niveles de turbulencias, siendo esta otra de las razones de no poder llegar a tocar directamente la parte interna del planeta.
Tiene un campo magnético de gran intensidad
La superficie magnética del planeta Júpiter tiene un centro de gran intensidad el cual en cuestión de comparaciones puede verse desde La Tierra ocupando un área similar al que supone de la Luna llena sabiendo que está mucho más lejos.
Además, la magnetósfera de este planeta es el más grande en relación con los demás planetas del sistema solar, teniendo a su vez partículas que son recogidas por los planetas jovianos y conducidas así a las regiones de los polos, zonas en las que se acumula impresionantes auroras.
Por otra parte, las partículas que se van expulsando por los volcanes del satélite, son las que van creando un toroide de rotación que va atrapando material adicional, a través del campo magnético, conduciéndolas a la parte superior del planeta mediante las líneas de campo.
El misterio de sus cuatro satélites
Sus cuatro satélites son denominados de la siguiente manera según sus propias características:
- Ío: es el satélite ubicado en su parte más interna, significando un área volcánica en la que se encuentra una superficie que está en renovación constante, además de tener una alta temperatura debido a los efectos de marea que recibe por Júpiter y Europa.
- Europa: hace referencia a un entorno helado en el que se especula la presencia de una gran cantidad de océanos líquidos y se presume que puede haber compatibilidad para la vida de seres vivos.
- Ganímedes: es un satélite con un diámetro de aproximadamente 5268 km, por lo cual es reconocido como el satélite más grande no solo de Júpiter sino también de toda la vía láctea.
- Calisto: se identifica por ser el satélite con más cráteres, los cuales han sido provocados por impactos que normalmente surgen en todo el sistema solar.
Cualquiera de los cuatro satélites Galileanos son totalmente visibles a través de un telescopio, sin necesidad de ser astrónomo para identificarlos.
También tiene anillos
No solo es Saturno el que tiene una estructura física con anillos, Júpiter también los tiene en su alrededor. Sin embargo, son muy difíciles de apreciar a simple vista. Estos son el resultado del material que normalmente se expulsan cuando los meteoritos que rondan el planeta impactan con cada una de sus lunas.
Son más de 60 lunas, las que existen en Júpiter
Otra de las importantes características de Júpiter es que tiene una gran cantidad de lunas, estimándose que son más de 60, pero sin llegar a tener una cifra determinada.
Los científicos aseguran que las lunas se han incrementado a medida que pasan los años, pero a pesar de su abundancia, aún no se conoce con exactitud el origen de cada una de ellas, puesto que algunas de ellas se describen como asteroides que son atraídos por la gravedad pero otros pueden haber debido a su salida espontánea desde los horizontes del sistema solar.
Muchos de estos aspectos que engloba el planeta Júpiter han pasado desapercibidos en el conocimiento de la mayoría de la población pero nunca está de más, enriquecer los conocimientos llegando más allá de lo visual, en este caso ¡con ayuda de un telescopio!