La Placenta es parte fundamental para el desarrollo del bebé en el útero. Es un órgano unido al útero que suministra oxígeno y nutrientes al bebé en evolución. La sangre de la madre pasa por medio de la placenta, filtrando el oxígeno, la glucosa y otros nutrientes a su bebé por medio del cordón umbilical. Placenta (Características, concepto y tamaño)
La placenta también puede filtrar sustancias perjudiciales para su bebé, como el dióxido de carbono y los productos de desecho de la sangre de su bebé. La placenta produce diferentes hormonas que son necesarias durante el embarazo, como el lactógeno, el estrógeno y la progesterona.
Mantiene la sangre de la madre separada de la sangre del bebé para proteger al bebé contra infecciones. Hacia el final del embarazo, la placenta produce anticuerpos para proteger al bebé después del nacimiento.
Tamaño
El tamaño usual de la placenta es de 22 cm de diámetro y de 2,0 a 2,5 centímetros de ancho. Generalmente pesa alrededor de 470 g (alrededor de 1 libra). Aunque, las medidas suelen variar considerablemente y las placentas habitualmente no se pesan en la sala de parto.
Características de la Placenta
Color
La superficie de la placenta debe ser de color granate oscuro y se divide en lóbulos o cotiledones. La estructura debe aparecer completa, sin cotiledones faltantes. La superficie fetal de la Placenta debe ser brillante, gris y lo suficientemente translúcida para que logre verse el color del tejido velloso granate subyacente.
Cordón umbilical
El cordón umbilical tiene una longitud de 55 a 60 cm, 3 con un diámetro de 2.0 a 2.5 cm. La estructura debe poseer abundante gelatina de Wharton, y no deben estar presentes verdaderos nudos o trombosis. La longitud total del cordón debe apreciarse en la sala de parto, ya que el médico que lo ejecuta tiene acceso a los extremos placentario y fetal.
El cordón normal contiene dos arterias y una vena. Durante el examen placentario, el médico que realiza el parto debe contar los vasos en el tercio medio del cordón umbilical o en el tercio fetal del cordón umbilical, ya que las arterias en oportunidades se fusionan cerca de la Placenta y, por lo tanto, son difíciles de diferenciar.
Membranas
Las membranas suelen ser grises, arrugadas, brillantes y translúcidas. Las membranas tienen un olor metálico distintivo que es difícil de describir pero que se reconoce fácilmente con la experiencia. Habitualmente, las placentas fetales no son malolientes.
Posibles anomalías
Las anomalías placentarias que pueden detectarse en la sala de parto se tratan en las siguientes secciones. El examen de la placenta y la importancia de los hallazgos clínicos se resumen en las consultas mensuales.
Forma Placental
Los lóbulos placentarios adicionales son importantes, esencialmente porque logran conducir a la retención del tejido placentario. La sangre logra adherirse a la superficie materna de la placenta, especialmente en o cerca del margen. Si la sangre está unida sólidamente, y especialmente si distorsiona la placenta, logra significar un desprendimiento. Las dimensiones y el volumen de la Placenta deben ser estimados.
Consistencia Placental Y Superficies
Este órgano debe palparse y las superficies fetales y maternas deben examinarse cuidadosamente. Superficie materna. En un bebé de término sin anemia, la superficie materna de la placenta debe ser de color granate oscuro. En un bebé prematuro, la placenta es de color más claro. La palidez de la superficie materna indica la presencia de anemia fetal, que puede ser un signo de hemorragia. Con el reconocimiento rápido de la hemorragia fetal, como ocurre en vasa previa, se puede realizar una transfusión para salvar la vida.
Los coágulos en la superficie materna, particularmente los coágulos adheridos ubicados en el centro, consiguen representar un desprendimiento de la placenta. Cabe destacar, sin embargo, que la abrupción es un diagnóstico clínico.