Chiste (Características, concepto y origen)

Un chiste es una forma muy particular de acceder a la risoterapia, sabiendo que es un sentimiento o emoción de mucha calidad para fortalecer la salud. Las características de un chiste hacen que se presente como una forma de diversión apta para todas las edades y que tiene excelentes efectos en cuanto a carácter social. Chiste (Características, concepto y origen)

¿Qué es un chiste?

Un chiste llamado también como chascarrillo es un tipo de narración oral o escrita de forma breve, humorística y ficticia que es graciosa y produce la risa. En ocasiones puede ser sarcástico, irónico, burlesco y muy crítico. Domina un juego conceptual o verbal capaz de dar risa y humor.

Como parte de las principales características de un chiste debe ser distinguido completamente de los subgéneros que también pertenecen al humor, siendo esta la forma para ser populares y sociales.

Se sabe que un chiste no es más que una corta narración en la que se utilizan una serie de recursos de doble sentido y de burla que genera la risa, permitiendo  la relajación y diversión.

El humor en la actualidad se incluye dentro de la mayoría de las culturas y por ende, va tratando de conseguir el humor para todo tipo de personas, buscando encontrar el sentido gracioso de una sociedad en su conjunto, con actitud y con métodos de gracia donde se incluyen muchos factores para conseguir el objetivo.

Origen del Chiste

El chiste más viejo que pudieron hallar era un proverbio de los sumerios, durante las primeras civilizaciones que habitó la zona sur de Irak. El primer chiste está escrito en tablas del periodo babilónico aproximadamente en el año 1900 a.C., aunque los investigadores opinan que podría remontarse inclusive al 2300 a.C. Lo extraordinario es que el tipo de diversión, un poco absurdo, trata temas que actualmente podría escucharse con frecuencia.

Características 

características de un chiste

Brevedad

Dentro de las características de un chiste que se consideran fundamentales, es que debe ser breve, un chiste con mucha longitud tiene el efecto contrario y va provocando el aburrimiento de quienes lo escuchan. Por tanto, un chiste en todo momento debe ser directo y conciso, es decir ir directo al grano.

Quien se atreve a contar un chiste, debe aportar una serie de datos que son necesarios para que los espectadores lleguen a reírse, pero sin alejarse del tiempo permitido que se tiene para lograr el cometido y hacer así que la situación se entienda.

Los discursos de humor desglosados como chistes al ser breves, omiten los detalles abstractos que en otros casos pueden presentarse, así como esconde aspectos confusos en el desenlace de la trama, solo se presentan elementos directos y divertidos, así llega a ser perceptible fácilmente por todos los interlocutores.

Se cuentan con una base lúdica

Cualquier chiste, sea de la temática que sea siempre estarán centrados en ser contados con una función lúdica. Esto hace referencia a  una historia corta que no tiene ningún tipo de fin utilitario, sino que solo es para provocar la risa y el entretenimiento de quienes lo escuchan.

La base lúdica de todos los chistes se dan para generar placer a través de la imaginación de los interlocutores, demostrando que la fantasía suele ser el arma perfecta que ayuda a conseguir la risa por todos los medios en las situaciones en los que sin importar la coherencia y la lógica se manifiestan para provocar risas por doquier.

Todo se trata de un resultado sorpresa

El desenlace del chiste suele tener un resultado sorpresa cuando éste culmine. El efecto sorpresa de todo chiste se debe encontrar en ese final que todos van esperando con ansias para culminar en risas y diversión, contribuyendo de esta manera la comicidad de lo que cuenta.

Para conseguir este final, el contador de chistes debe tener en su vocabulario todas aquellas frases que sean de doble sentido, así como también saber combinar la infinidad de vocablos que hacen que la risa se apodere de quienes lo escuchan.

La burla es clave en cualquier chiste y es justo ese toque el que le añade un gran estilo sorpresa al tema o disparate que se está contando. Más que el humor verbalizado, lo que la gente espera es la gracia y el éxito al final del chiste.

Debe tener pocos personajes

Todo chiste para que sea exitoso y provoque la gracia del público que lo escucha debe tener pocos personajes, pues mientras más directo y corto, mejores resultados conseguirá.

Generalmente se utilizan personajes fáciles de reconocer al ser estereotipados, siendo estos por ejemplo, el gordo, el ingenuo, el flaco, el negro y el tacaño, dejando de lado a otros que también son comunes dentro de su desenlace.

Tiene una porción social

Los caracteres sociales de los chistes es lo que le hace que se trate de un elemento humorístico de mucha influencia en quienes lo escuchan. El acto social de un chiste hace que el contador de la trama pueda tener la máxima atención porque se sospecha que será un cuento agradable y divertido para toda la audiencia.

El contador de chistes debe escoger no solo el cuento, sino también el momento, el lugar y la situación en la que se desea contarlo, de forma que pueda ser un elemento aprobado por los presentes.

 Mientras más componentes sociales tenga, la respuesta por parte de la audiencia para provocar risa se multiplican, dejando saber todo lo que implica saber contar un chiste o relato humorístico.

Un buen chiste está a la expectativa de toda la audiencia siempre queriendo más y más opciones para un final realmente atractivo y humorístico. Todos los chistes no implican ser buenos si tienen todas estas características, pues también dependerá del relato en sí.

Es así como se debe cumplir la totalidad o por lo menos una gran parte de las características que identifican a un chiste, sabiendo que es lo que definirá su probabilidad de que sea un cuento exitoso. Disponte a preparar tus propios cuentos humorísticos en base a estos elementos y asegúrate que toda la audiencia a la que estás sirviendo pueda disfrutar de los relatos que tienes en mente, en cualquier ocasión.

Con todos estos aspectos, será casi seguro que los espectadores e interlocutores se sientan identificados al saber relacionar la risa con un cuento lleno de imaginación y fantasía. Haz que todos tus interlocutores se sientan a gusto riéndose de lo que vas contando, siendo directo y por supuesto, teniendo el don de aplicar mucha gracia al relato.

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